El proyecto busca entender qué factores influyen en que algunas personas transformen manualmente sus hogares mientras otras no lo hacen. Se enfoca en cómo el entorno y las relaciones sociales facilitan o dificultan que la gente repare, adapte o modifique objetos, muebles y espacios dentro de sus casas. Aunque antes era común arreglar y reutilizar en lugar de desechar, hoy el consumo rápido ha reducido estas prácticas. Aun así, en Santiago muchas personas siguen interviniendo sus hogares de manera creativa. Para entender mejor estas dinámicas, el estudio analizará casos reales mediante entrevistas, observación y recorridos por los hogares. Se espera descubrir qué condiciones ayudan a que más personas se involucren en estas transformaciones y cómo fortalecer estos conocimientos en la comunidad. Como resultado, se difundirán hallazgos en publicaciones, eventos académicos y una exposición en el Museo Histórico Nacional, promoviendo alternativas más sostenibles frente al consumo y descarte masivo.
Este proyecto es especialmente relevante en un momento en que transformar manualmente los espacios domésticos resulta clave para superar el modelo de consumo basado en la compra y el descarte. La crisis climática y la necesidad de un uso más responsable de los recursos hacen urgente comprender qué condiciones favorecen estas prácticas y cómo pueden potenciarse. Aunque en muchos países desarrollados el mercado de productos industriales ha desplazado casi por completo la reparación y adaptación manual en los hogares, en ciudades como Santiago estas prácticas aún persisten en distintos sectores de la población. Este proyecto busca entender las razones de esta resistencia y cómo se relaciona con una cultura de consumo específica que no ha sido suficientemente estudiada.